viernes, 16 de septiembre de 2016

Aculco aguarda a todos los visitantes para ofrecerles un abanico de bellezas naturales y un entorno de columnas basálticas que parecen extenderse indefinidamente. Este Pueblo Mágico del Estado de México, cuenta con un grato clima templado y un entorno de gran tranquilidad, excelente para quien busca relajación y descanso. Para conseguir lo anterior basta con dar un paseo por las calles de esta encantadora comunidad y su típica plaza central.Santuario del Señor de Nenthé. En este pequeño santuario de arquitectura moderna, se venera la imagen del Señor de Nenthé o “Señor del Agua” a quien se atribuye diversos milagros. Cuenta la leyenda, que un día el viejo templo se incendió; los pobladores empezaron a buscar preocupados el paradero de la imagen; para su sorpresa la encontraron intacta al pie de una encina de la cual comenzó a brotar un manantial. Hasta hoy, cuando la temporada de sequía es muy fuerte, los pobladores sacan la imagen en procesión para pedirle que llueva.
Casa Hidalgo. Un acercamiento histórico a este sitio es observar la Casa que brindó albergue a Miguel Hidalgo en su paso a la Ciudad de México el 5 y 6 de noviembre de 1810. En el Estado de México se encuentran conventos, iglesias y catedrales, sitios que se distinguen por su arquitectura ibérica del siglo XVI y en algunos aspectos evidencian la influencia de sus constructores indígenas, como se observa en la Parroquia de San Jerónimo, en este Pueblo con Encanto.
Parroquia y ex Convento de San Jerónimo. El edificio de la parroquia y ex convento se empezó a construir en 1540; quien se acerque a este recinto, puede disfrutar de la sencillez propia de los franciscanos y de un estilo heredado del medioevo europeo que luce contrafuertes y ventanas pequeñas. Ya en 1674, en otra etapa de construcción, se levantó la parroquia con un estilo barroco modificado llamado Tequitqui, esto es, la interpretación indígena de las formas europeas. En un recorrido por el interior observarás un vistoso reloj de sol, un óleo de la Santísima Virgen de Guadalupe y una pintura de Miguel Cabrera realizada en 1790, “La Última Cena”, que muestra el majestuoso trabajo de uno de los artistas más cotizados en la época virreinal. En el ex Convento sobresalen el óleo de San Antonio de Padua, la pintura de San Juan Nepomuceno y el de un franciscano abrazando la Santa Cruz.
Balneario Municipal. Después de algún recorrido por las inmediaciones, el Balneario Municipal (ubicado en las calles de Iturbide y Corregidora), con su alberca olímpica, es el lugar ideal para practicar la natación o simplemente refrescarse; durante los periodos vacacionales se engalana con puestos de comida típica, artesanías y espectáculos musicales que complementan la diversión.

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